19 de abril de 2014

El match del año

Ben Hogan jamás le hizo un gesto así a uno de sus vencidos.

Crónica y fotos: El abogado Cumbres, quién sabe.


La turma Golfeta se encontró en el San Andres Golf Club el jueves santo del año 2014. La mañana amaneció fresca y diáfana, con nubes altas que fueron disipándose hasta dejar ver el sol otoñal delicioso sobre los cuerpos de los deportistas de la pelotita blanca y los palos imposibles. La línea de las 8,40 salió diez minutos antes y los dos primeros drives no dejaron dudas que el match pactado a 18 hoyos por el campeonato golfeta (ó era la Carrera a Pilar?) entre Gaston Depetris (Nick name DP3) y Roberto Domecq (alias “Bob”), sería un match de antología.
280 yardas, uno en el farway –BOB- y otro en el primer corte del raf (DP3) y arrancaron con par.
Los acompañantes Castiella y este cronista que les ladra solo tenían en mente hacer scores bajo, en procura de la polla pactada a 400 pesitos a la cabeza para el ganador de los once golfetas y  amigos del grupo que disputaban los 18 hoyos.
En el 9 ya no quedaban dudas que DP3 y Bob que se habían conocido justamente en un Veranito de San Andres, donde Bob fue un justo ganador y DP3 salio segundo, estaban concentrados intentando no dejar ningún  golpe para la sonrisa de la cancha. Fueron vueltas ajustadas, de par de cancha gross para DP3 y mas dos gross para Bob, scores que los llevan a la cima del tablero.
Castiella completo con 47 un mas uno su hándicap y Cumbres ya había abandonado para no atrasar la cancha, disfrutando la mañana con intentos de nuevos golpes  y viendo a sus compañeros bajo hándicap pegar golpes alucinantes y grandes recuperaciones para salvar el par.
Recuerdo un momento clave del partido, en el hoyo 11, un corto par 3 de green elevado de apenas 147 yardas.
Domecq en el ante green y DP3 en el bunker pegado a la pared.
Bob aseguró el par con un buen aproach y DP3 abriendo la cara del sand y sin dudar la deja dada para empatar el hoyo.
Con Castiella nos miramos y dijimos: es la diferencia esencial contra los bajo hándicap. Nosotros los perros hacemos un doble boguey y ellos salvan el par.
Pero no solo eso, por ejemplo en el siguiente hoyo buscamos una pelota de Lucho, dejamos paso, no la encontró, volvió a tirar y fue un 8 o un 9, es decir errores caros que te dejan en ritmo por el piso y la calentura ni les cuento!!!
Fue en el 13 donde la viveza, la astucia verbal de DP3 aparecio en juego, porque el golf también es psicológico, cuando dijo al grupo:
“Carajo, si estoy 2 mas gross y encima Domecq me gana por uno. No le deseo nada malo a mi rival pero….”.
Las palabras sonaron como un baldazo de agua fría o un apretón e huevos o algo similar y Domecq dejo un boguey contra par que empato el match.
Y asi siguieron jugando bien, prolijos,con algunos errores por la evidente presión del match y las demoras en el juego de las búsquedas de pelota en el raf imposible (hay que jugar con un four kaddy por lo menos!!!)  hasta llegar al tee del 18 empatados.
Domecq pego un excelente drive, que le dejo un tiro al green de 140 yardas.
Dp3 pego una cortada razonable, pero tenía 200 yardas al green, con el agua del arroyo adelante, cruzando el farway a las 100 yardas y Cumbres pego su mejor drive del dia, pasando a DP3 por diez yardas, lo que lo lleno de una alegría infantil inexplicable para quien había levantado pelota en el hoyo 6 y luchado con su Smartphone toda la vuelta (lo tenia en modo avión, con lo que era imposible seguir el match on line!!).
Lucho buscaba su pelotita, para intentar firmar la tarjeta, pero al ver la demora y la excelente definición que se venia, decidio en un gesto de caballerosidad, levantar y rendirse ante la evidencia que era volver a tirar, dar paso por tercera vez o caminar tranquilo hacia la cerveza y la picada prohibida del 19 .
Asi las cosas, DP3 enfrentaba un difícil tiro al green, con un poco de viento encontra, con su rival en inmejorable posición.
Y fue con hierro 3.
El ritmo perfecto, los brazos pasando a toda velocidad, un latigazo en el plano, nada de “ala de pollo”, de perder velocidad ante tempus, de seguir anticipadamente la pelota con la vista, errores habituales de los mas 15 de hándicap.
Fue un tiro “pro” que dejo la pelota en el centro del green, a 6 o 7 yardas del hoyo.
Domecq habrá pensado que tal vez seria otro birdie mas de DP3 –ya llevaba dos en la vuelta, además de embocar cuatro veces desde mas de 8  yardas, dos para par).
La presión debio ingresar en su torrente sanguíneo, llegar a la frente,  distraer los pensamientos, recordar fracasos anteriores o nada de eso y simplemente mala leche!!!.
Cumbres que quería seguir un hoyo mas acompañando a la genial dupla en su dia de gloria cruzaba los dedos para que el tiro fuera alto y sin spin lateral, ya que el viento comenzó a soplar en una pequeña térmica.
Domecq miro nervioso un instante hacia atrás, en una muestra de distracción inconciente y Cumbres pensó:
La caga…..!!!!
Y asi fue nomas, pego una bola con un poco de fade, que fue un pequeño slice y la pelota quedo a la derecha del green, antes del bunquer.
Y asi Domecq cometio el único error del partido, para terminar doble boguey contra par y perder uno abajo.
Pero lo cierto es que bien mirado no perdió el match, sino que gano el mejor, el que logro un vuelton de 75 gross contra un no despreciable 80 gross de su rival, para ganar los 400 pesitos y un pedazo de gloria.

San Andrés, escenario digno de un match de alto vuelo.

Que excelente match señores, digno de verlo, demostrando que increíble que puede ser este genial juego y deporte, que nos permite algo que a nuestra edad parece inalcanzable, poder seguir competitivos, soñando en la vuelta perfecta, esa que pudimos ver en DP3 o casi perfecta, la que regalo Bob.
La diferencia no fue el ultimo hoyo, sino el putter brillante de Gaston, que emboco unos seis hoyos de un putt, cuatro de ellos de long distance.

El tour  Golfeta sigue regalando fuegos artificiales e incentivándonos a los alto hándicap a mejorar nuestro juego y trabajar el juego largo, el juego corto, el putt… en fin…una misión casi imposible. Pero seguimos todos los domingos buscando el milagro que nos catapulte hasta el Olimpo del Golf, algo que pudimos ver en chispazos el jueves de abril en San Andres.

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