Tres palabras que bien podrían definir lo que se vivió en el match entre Cimadevilla y Febré. Claro que la elección de esas tres palabras es algo caprichosa. También podrían haber sido tee, fairway y green. O, quizás, las aún más conceptuales rough, triputt y provisoria. La cuestión es que me tocó ser testigo de un match memorable, aunque para ser sincero no recordé que había un match hasta que en el hoyo tres Mariano le dijo “dada” a Javier. Pero no sólo había un match, sino que estaba por ser testigo de la consagración del primer finalista en la historia del Campeonato Golfeta.
Empecemos por el marco. El encuentro tuvo lugar en el San Isidro Golf Club, viste? Una cancha prolija que parecía estar a la altura de estos dos exigentes jugadores. No era Augusta ni el Buenos Aires, pero los contendientes no se quejaron.
Y sigamos con el match en sí. En el uno, el potente drive de Mariano voló violentamente a la derecha regalándonos el primer “provisoria” de la mañana, mientras que Javier, con uno de sus clásicos drives al centro del fairway, parecía expresar “dicen que soy aburrido”. El primer hoyo de la cancha, un par 5, era empate en bogey. En el dos el segundo tiro de Javier terminó en el agua y fue un triple bogey, lo que le facilitó la tarea a Mariano. El hoyo tres, un par 3 valga la redundancia, fue par para ambos. Y no voy a seguir con el detalle, que ya nos fue relatado minuciosamente por el perdedor (perdón pero no encontré sinónimo) en un mail catártico.
Javier describió al match como un partido de ajedrez. Y es verdad que por momentos pareció un Karpov-Kasparov, aunque a años luz de la Rusia comunista. Por Rusia, que queda en la loma del orto, y por el comunismo, tan lejano al sentir de ambos jugadores.
Los jugadores se tomaron su tiempo para ejecutar cada golpe.
por el duelo de estilos un Borg-McEnroe y por ciertos tropiezos un Laurel & Hardy.
De lo que tuvimos poco, producto del stress del match, fue de Woods-McIlroy. Aunque sería faltar a la verdad no decir que hubo algunos muy buenos drives, approaches y putts. No me pidan que se los relate porque mi memoria no es tan buena como la de narradores más avezados, tal como son Depetris o el propio Febré.
Lo importante es que la jornada terminó en paz, con los jugadores duchándose juntos en el coqueto vestuario. Este cronista lamenta no poder transmitirles lo que allí ocurrió porque, en ese momento, se manducaba una tarta de puerros, jamón y queso. De todas formas todo deportista de ley sabe que lo que ocurre en el vestuario, queda en el vestuario.


3 comentarios:
Grande Pablo. Si no te llega a ir bien con el golf deberías dedicarte a esribir. Te veo talento ahi...
Felicitaciones a los contendientes!
A juzgar por los mails que sucedieron al match, parece que en ese vestuario nació un nuevo amor...!!!
Buena cronica PP!!! Nuevamente felicitaciones al joven Maravilla y a Javi por tan emotivo match...
Gracias PP. Muy buena crónica. Muy bueno todo.
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