1 de julio de 2014

Un Open Británico en La Orquídea.

Sin dudas, la foto del año. Penano nos abandonó antes del final pero previamente nos dejó este tremendo fotón.

Los golfetas ya hemos dado sobradas muestras de ser jugadores todo terreno. No hay cancha ni condición climática que nos amilane. Pero el domingo pasado, en La Orquídea, un valiente grupo de los nuestros ha marcado un nuevo hito. O más de uno. El que suscribe manejando por la Panamericana a 40 km/h quizás haya sido la primera señal de un domingo diferente. Una línea única compuesta por media docena de jugadores, sin dudas es un hecho inusual (además de ilegal). Aunque ambas situaciones están relacionadas con una misma cuestión, la muy densa neblina que cubrió una vasta zona del Gran Buenos Aires hasta el mediodía.

Bordoli, Castro Martínez y Charlot eran los integrantes de la primera línea. Castiella, Gaby Foglia y este servidor jugarían inmediatamente detrás. Los seis esperábamos en el tee del uno que esa nube en medio de la que estábamos se disipara al menos en parte. Pero no había caso, transcurrían los minutos y nosotros seguíamos en medio de una película de Harry Potter. Hacía frío, no veíamos nada y estábamos impacientes por salir a la cancha. Entonces nos comportamos como verdaderos golfetas y una vez más nos cagamos en todo. Los primeros tres hicieron sus tiros de salida. Se veían las primeras diez o veinte yardas de recorrido, después era cosa de adivinar o de establecer complejos cálculos sobre velocidad y trayectoria para entender dónde podía estar cada bola. De adivinar, bah. Como todo continuaba igual algún irresponsable dijo “peguemos los seis y seguimos esperando todos juntos pero más adelante”. Eso hicimos, pero como nada cambiaba seguimos de la misma manera hasta el hoyo 6. “Golfetas en la niebla”, tituló Lucho Castiella. En estos momentos estamos buscando a los representantes de Emilio Disi y Gino Renni para ver si quieren protagonizar la película.

Gaby Foglia reeditó, de alguna forma, su viaje a St Andrews

En el tiro al green del 1 las conversaciones eran “calculá que está a unas diez yardas del árbol que se ve a la izquierda”. No estábamos a más de 140 yds del green pero no había manera de verlo. Ni un poquito.  “¿La bandera está atrás o adelante?” preguntó algún gracioso de los que nunca faltan. Otra situación que describe bastante bien la extraña situación en la que jugábamos es el momento del golpe al green isla del hoyo 3. Todos le tiramos desde 120 a 80 yardas. Previamente Penano se acercó y nos marcó la línea, pero seguíamos completamente a ciegas. Era tirar, quedarnos todos en silencio y escuchar. Cuando llegaba el clásico sonido de una bola cayendo en suelo firme festejábamos. Cuando no escuchábamos nada, nos angustiábamos. Y un SPLASH provocaba la misma reacción que un tiro de Messi en el palo. Como éramos seis, se imaginarán que vivimos cada una de las situaciones descriptas. No, yo no fui al agua le digo al boludo que está pensando eso...

¿El golf? Bien, gracias. Ninguno hizo una tarjeta para enorgullecerse demasiado, pero tampoco le importó a nadie. Nos divertimos, pegamos algunos lindos tiros y la imposibilidad de ver nos permitía soñar que cada golpe había sido el mejor de nuestra vida. Al menos por un ratito.

Pero hay otro hito más. Cuando llegamos al green del 1 estábamos todos cerca pero sólo una de las bolas estaba sobre el pasto más cortito. Era la de Gaby, que aprovechó muy bien e hizo un solo putt para arrancar con birdie espectacular. Eso fue en el 1. ¿Qué pasó en el 2? Levantó pelota. Después de jugar en St Andrews, el mayor de los rafaelinos va siempre a todo o nada.

Así es el golf muchachos, como la vida misma. Uno va para adelante sin ver lo que le depara el destino. Pero con una buena dosis de entusiasmo, optimismo y buena onda, más alguna pizca de inconciencia, el camino se hace más llevadero.


Nunca sé qué va a pasar con la bola. Esta vez menos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente post! Y mejores las fotos.
Salute.

Marcos

Guido Culasso Moore dijo...

Que buenas fotos!!

PP dijo...

Último momento!!! Penano deja los números, se hace hippie, se muda de Pilar a San Telmo y comienza a dedicarse a la fotografía.

Anónimo dijo...

Un Dia Golfetas sin duda alguna!!!
Grande PP!!!
Se viene la Lechon!!!

Dp3 dijo...

Muy buena Pepito!
Felicitaciones a los valientes!