Habemus campeonum

Farinello apareció en la terraza de Pilar Golf y, después de pronunciar algunas incomprensibles palabras en latín, dijo algo que todos entendimos claramente: "Habemus campeonum". Inmediatamente un jesuita algo pasado de agua bendita gritó: "Es argentino e hincha de San Lorenzo!". Y era así nomás. Gastón Depetris, el candidato de siempre, se impuso en la final de la Carrera a Pilar a otro gran favorito de toda competencia golfeta: Guillermo Bolado. Que también es cuervo, dicho sea de paso.

Hablando de Bolado, hay que comentar que algunos de esos barrabravas que tanto mal le hacen al golf le gritaron “trolo!” cuando estaba a punto de pagar su primer golpe en el tee del uno. ¿Qué los llevó a ese accionar desubicado y discriminatorio? Primero la llegada del abogado de Recoleta en un flamante Fiat Cinquecento. Y minutos más tarde, su decisión de salir con un híbrido (blanco!) y no con el driver para comenzar su participación en la final. Estos personajes de poca educación e insulto fácil volvieron a la carga cuando en el bar del 19 Guillermo pidió un pollito a la plancha, mientras los demás golfistas se despachaban con unas tremendas hamburguesas completas.

Pero dejemos estos comentarios malintencionados y pasemos al match. Todo comenzó muy profesionalmente. Ocho fueron los golfetas que se dieron cita en el coqueto Pilar Golf una ventosa pero soleada mañana de abril. En la primera línea jugaron los finalistas, acompañados por un oficial de reglas (Bob “Reglini” Domecq) y por este cronista. Nada podía quedar librado al azar. En la línea de atrás, cuidándonos las espaldas, venían el Foglia académico, Juan Pablo Capón, Javier Bichoski y Luis Castiella, quien comentó que está escribiendo la crónica de lo ocurrido en Córdoba con el Desafío Federal. Aprovechamos este espacio y le pegamos una apurada a nuestro colega cronista.

El match entre los dos hinchas de San Lorenzo, mucho más talentosos y ganadores que cualquier jugador de San Lorenzo, se puede dividir claramente en dos momentos bien diferentes: Los primeros nueve hoyos y los últimos. “Como toda vuelta de golf”, podrá decir algún crítico de esos que nunca faltan. Pero en este caso nos referimos a que ida y vuelta transitaron por caminos bien distintos. Nerviosismo y errores varios durante la ida, un Depetris implacable a la vuelta.

El primero en sacar ventaja fue Bolado, con un espectacular birdie desde afuera del green en el par tres del hoyo 2. Poco después Depetris empató y pasó al frente. Y siguieron cabeza a cabeza, intercambiándose el liderato, durante toda la ida. Para terminar el 9 all square.

Al borde de la deshidratación por la ausencia del carrito proveedor de bebidas y alimentos, los jugadores se dirigieron a la cancha azul (la que arranca con un par cuatro). Y ahí comenzó otra historia. En los seis hoyos que necesitó para inclinar definitivamente la balanza, el hombre de Turner en Argentina hizo cinco pares y un bogey. Tremendo. Demasiado hasta para el Cúneo Libarona del grupo, un jugador preparado como pocos para los pleitos pero que nada pudo hacer ante tanto juego desplegado por su oponente. Después del último putt en el hoyo 15, Bolado estrechó la mano de Depetris felicitándolo por su enorme actuación. Era el mismo día en que Adam Scott le ganó The Masters al Pato Cabrera recién en el segundo hoyo de desempate, era la misma jornada en que Maduro le ganó la elección a Capriles con un sospechoso 50,01% contra 49,99%, pero en Pilar Golf la cosa no terminó tan pareja. Un 4&3 es un resultado contundente. Desde estas líneas nos sumamos a las felicitaciones expresadas por su rival en el green del 15 y todos juntos a coro le decimos “Bien hecho campeón” (come on! all together!) a Gastón Depetris, merecido ganador de la Carrera a Pilar 2013.

La jornada terminó de forma muy amena, con un grupo de golfetas almorzando en la terraza del club más menemista del golf mundial. La misma terraza en donde alguien dijo “habemus campeonum”.

Los bravos Gastón Depetris y Guillermo Bolado. Tiembla "Maravilla" Martínez.