Luchó, y tuvo su premio

A tres golpes: Luis Castiella cosechó un peleado segundo puesto.

El inefable Dr. Bilardo ha repetido hasta el cansancio que nadie se acuerda del que sale segundo. ¡Minga! Esta página no suscribe semejante despropósito. A todos nos gusta salir primeros, está claro, pero sin no se puede, un segundo puesto siempre es bienvenido. Más después de sudar tres días consecutivos con el calor, el viento, la lluvia, el cansancio y un rough impenetrable. Como prueba basta ver la cara de felicidad de nuestro Luis Castiella luego de recibir un merecido premio por su actuación luego de 54 hoyos, en El Veranito de San Andrés (fotos).

"Todos los huevos están puestos en esa canasta", advertía el lunes Gastón Depetris en el bar de socios del club, antes de salir a jugar la última ronda, sabiendo de la baja médica de Roberto Domecq (con diagnóstico de bursitis en el codo izquierdo) para los últimos 18 hoyos. Bob y Lucho estaban en la pelea en sus respectivas categorías; Castiella (+2) venía segundo a solo un golpe del líder y era una pila de nervios: fumaba, tiraba pelotas, caminaba del tee del 1 al Club House ida y vuelta. No sabía qué hacer para calmar su ansiedad. Febré intentaba calmarlo de entrada, con poco éxito.

Gestos antideportivos en el tee del 7: Basile aprende rápido los vicios golfetas.

Dos doble bogeys de entrada eran un mal presagio. Se tranquilizó con una seguidilla de par, bogey y par y llegó un injusto doble bogey en el 6 por exceso de adrelania en el approach. Otro bogey en el 7 parecía indicar que las ilusiones se derrumbaban rápidamente. Pero embocó un águila en el par 5 del 8, que le arregló la tarjeta.

Lucho peleó cada bogey y cada doble bogey. Nunca se entregó. La vuelta fue casi un calco de la ida. Tres doble bogeys y un bogey en el arranque se parecían demasiado a los nubarrones de la tormenta que ya amenazaba sobre nuestras cabezas. Corazón y garra y dos pares seguidos, trajeron una tanquilidad pasajera. Porque en el 16 apareció la lluvia y se nos venía la noche. Pero Lucho luchó. Peleó el doble bogey en el 16 e hizo lo propio en el 17, para coronar la ronda con un par en el 18. Y tanta entrega tuvo su premio.

Como todos los años, una delegación golfeta se hizo presente en el tradicional torneo. Depetris, Domecq, Bordoli, Castiella, Basile y Febré representaron a nuestra comunidad golfetera. El primer día, todo era sonrisas antes de pegar. Algunas de esas sonrisas se fueron desdibujando. Como se mencionó más arriba, Domecq tuvo una primera ronda soñada (68) y otra para el olvido el domingo (82) antes de que el médico le aconsejara no seguir exigiendo a su codo izquierdo. Depetris estuvo deambulando por mitad del leaderboard y terminó con +12 en el puesto 33 en la categoría 0-9. Bordoli tampoco pudo domar a la cancha y finalizó con un total de 236 (+20).

La gran desilusión de la delegación fue Febré. No pudo encontrar su golf el primero ni el segundo día. Errático, arrancó con 9 golpes en el hoyo 1 el sábado, y no tuvo reacción. Cerró su frustrado arranque con 84 golpes (+12), que lo colocaba en el puesto 57 de 58 jugadores: anteúltimo (foto). El domingo cosechó un 82 que lo dejó fuera de la pelea definitivamente. El lunes recién apareció su regularidad y salió a pelear los últimos 18. Venía +9 gross al tee del 17 sin saber que alguien ya había clavado 66. La lluvia, la oscuridad y un inoportuno grito del marshall cuando estaba por tirar el approach en el 17 terminaron con sus ilusiones. Aunque cerró con un promisorio y digno 75 que le permitió trepar hasta el puesto 33 de su categoría. Y para variar, se ganó un paraguas en el sorteo que hubo luego de la entrega de premios.

El otro crédito que estuvo brevemente en la pelea fue Martín Basile. Una buena primera ronda en par de campo lo tenía expectante. Muchos pares, algún birdie y pocos bogeys lo dejaban a tiro de la punta. Pero tuvo un domingo negro: 87 neto (+15) "No emboqué nada de lo que emboqué ayer", explicaba en la terraza de San Andrés al término de la segunda ronda, mientras a sus espaldas el leaderboard de la categoría 0-9 indicaba que había retrocedido hasta el último puesto (foto). Sin la presión de estar en la lucha, el lunes salió a jugar con su habitual potencia. Y volvió a clavar un 72 (par) que le permitió cerrar el Veranito de San Andrés tres escalones por debajo de Depetris. Para irse con un buen sabor de boca.

Nunca perdió su compostura y además lució un modelo diferente cada uno de los tres días (pantalón y remera) que lo ponen en la carera por el premio metrosexual de la próxima Silver Sea Invitational.

La presencia golfeta en el Veranito de San Andrés ya es un clásico. Con los años, nuestros jugadores se han ganado el respeto por estar siempre en la lucha. Han sido buenos embajadores de la etiqueta y observadores de las reglas. A tal punto que Golfetas ya es una marca conocida entre los socios del club. Como prueba de esto, dos reconocidos socios le hicieron llegar su saludo a nuestra cofradía: Luis Barrionuevo y Norberto Alonso (foto).

El gastronómico y el Capitán Beto posaron para Golfetas.com al finalizar su segunda ronda al borde de la terraza del Club House y expresaron sus buenos deseos para nuestros créditos: "Si no gana uno de nosotros, esperamos que sea uno de los de ustedes", expectoró el sindicalista en un gesto que lo enaltece.

Es que siempre hay un golfeta que da la nota, en El Veranito de San Andrés.