Tensión. Mucha tensión, pero de la buena. Eso es lo que se sentía en los primero hoyos de Everlinks cuando se puso en marcha la 9na edición de la Lechon's Cup. A diferencia de un fin de semana cualquiera, no había gritos entre líneas, ni gestos obscenos. Ni siquiera aparecían comentarios en el sistema de live Scoring. Todos compartían la misma preocupación. Alejarse todo lo posible del fondo de la tabla.
En un campo que resultó más difícil de ida que de vuelta, los primero hoyos fueron cruciales para marcar una tendencia y la estadística marca que el hoyo 5 fue el más difícil en general. Nadie le hizo el par, y hubo varios triples, uno de ellos del finalmente campeón. Promedio, doble bogey. Si la cancha nos iba a dejar algunas enseñanzas, algunas se podían aprender en el 5. (no fallar por el lado equivocado, y cuidarse de las banderas peligrosas…)
Y como todo Medal, fue un juego de paciencias. Los perjudicados fuimos 
aquellos que no supimos esperar y quisimos revertir lo que mostraba el tablero. Plata o Mierda, como algunos dicen, pensamiento a corto plazo. Y entonces tirando para birdie nos fuimos con Bogey, o situaciones similares.
Hizo falta de una vuelta magistral de 70 (-2) para que al menos un golfeta pudiera romper el par de la cancha. Así fue como Matt Garlick se alzó con el palo de oro. El resto de los que estuvieron prendidos se llevaron la no menos preciada “E” de even par.
Y el resto hizo lo que pudo con distintas suertes. Destacable lo de Gabriel Foglia, que luchaba para no convertirse en el primer doble ganador del palo de amasar, responsabilidad que ahora pasa a Pablo Poncini, que se fue empalado, pero que aprendió grandes lecciones: le van a servir para la próxima competencia. Bolado, en su peor versión, pudo hacer uso de su experiencia y evitar “il matterello” pispeando con atención la tabla del descenso: si hasta parecía gallina y no del Ciclón. Y los demás, pusieron todo lo que tenían para arañar algún punto extra que sirviera para clasificar a la Carrera a Pilar. (Tablero final)
Cada decimal ahora es valioso, y salvo los 4 primeros, no hay nadie más que tenga la clasificación asegurada. La Silver Sea 2011 va a ser una carnicería, tal como estaba planeado.
Pero volviendo a la Lechon Cup, específicamente a la parte del Lechón, una vez más se han superado todas las expectativas. Arrancamos con asistencia perfecta en la cancha y en la sede (a pesar de aviones, cenizas, novias y cumpleaños). El clima ideal, y encima calefaccionado por el vecino. La sede, maravillosa. Los dueños de casa, insuperables (sobre todo la dueña), y el Lechón, que podía suponerse un tanto arrebatado, un manjar pagano.
Foto grupal, picada supercompleta, una charla que sólo una mesa cuadrada puede regalar (gran acierto de Penano) y las anécdotas de un Culasso que no en vano lleva el honor de ser el director de eventos. (ver más fotos)
La frutilla del postre fue el torneo nocturno de Approach con bolas fluo y arco de fulbo, que ganó Febré al embocar 2 de 3..
Estar en tantos detalles de organización le impidió al anfitrión recordar un tema deportivo que había quedado pendiente desde el hoyo 5, pero que a primera hora del lunes denunció a la 
Secretaría deportiva. El movimiento involuntario de su pelota por parte de su carro de 3 ruedas y un impulso que se le fue largo. “Anotame 1 de multa en el 5, por favor. Perdón por no avisar antes, pero teníamos la duda y Reglini nos la acaba de sacar…” (sic)
16 competidores, 1 premio al ganador y un trofeo que enseña mucho más que cualquier clase de golf. Ni un solo problema.
Da gusto pertenecer a este grupo que sigue creciendo pero sin contaminarse de los vicios que nos desagradan. Martín, bienvenido a nuestro club y felicitaciones por semejante debut!
