25 de mayo de 2010: Una gran y anunciada ausencia.

Cuanto se ha visto y se ha escuchado en estos gloriosos días pasados, donde tuvimos el privilegio de ser testigos presenciales, en forma exclusiva e irrepetible del evento del siglo….Si el final de Lost. Muchos dirán que valió la pena comerse 7 temporadas para ver este engendro. Y si, en cuestión de comerse cosas indeseadas tenemos varios especialistas.

Pero además, y casualmente, también festejamos un nuevo aniversario del natalicio de nuestra pobre, pero no para siempre, (aunque no veremos el cambio) (como de decían nuestros abuelos a nuestros padres, y nuestros padres a nosotros), Patria.
Como decíamos al principio, muchas cosas se han escuchado estos días. Por ejemplo: “Oíd mortales el grito sagrado” (387 veces), “no voy ni aunque me inviten” (15 veces), “el score fue malo, pero me voy contento porque jugué bien” (ninguna, porque esta vez no se dio esa autocomplaciente combinación). Otra frase que también quedará para la historia fue: “he aprendido más de mis derrotas que de mis victorias”(dicha por un sabio miembro de la comunidad golfeta).
En fin un festejo para todos, y para todos los gustos, pero con una ausencia que no podemos soslayar. Si el golf, ese noble deporte, fuente de movilidad social, tan a tono con el color político de los tiempos que corren, que tantas alegrías nos ha deparado…bueno o al menos tanto tiempo le hemos dedicado, estuvo ausente de los festejos.
O alguien vió al Gran Maestro desfilar junto a las glorias del deporte? Alguien tal vez pudo decir “ahí está el Pato” en la carroza alegórica al “asado” en la Av. De Mayo? No señores, estuvimos ausentes una vez más, a pesar de haberle dado al país dos de los máximos y más reconocidos deportistas a nivel internacional.

Bueno, ya creo que con este preámbulo está bien, y procedemos a adentrarnos en el análisis del match celebratorio del bicentenario que un grupo destacado de jóvenes y melenudos golfetas, disputó en las aeronáuticas tierras del Club Cabeza de Caballo, en un eslabón de lo que ha dado en denominarse el “Tour de la Ricchieri”.
Como decía W. Churchill “in victory, magnanimity; in peace, goodwill”. Aunque también decía sobre el golf “is a game whose aim is to hit a very small ball into an even smaller hole, with weapons singularly ill-designed for the purpose”.
Antes de arrancar con el relato, un breve comentario, casi advertencia, para futuros matches, que cuando lo vean llegar a Bolado con una cubierta pinchada, y diga: “ponché la goma, alguien me da una mano?”, es solo otro de sus notables ardides para desconcentrar y desgastar físicamente al inadvertido adversario.
Así las cosas, y con una lumbalgia importante, la pareja conformada por Marcelo “Coco” Bordoli y Lucho “……pero que bien que jugué “ Castiella se encaminaron al tee del 1 a disputar el match contra el Sr. Guillermo “busco revancha” Bolado y el Sr. Gastón “Tongo” Dp3.
Ya desde el hoyo 1 se avisoraba un triste final, como dice aquel jovial tango de Edmundo Rivero. En ese hoyo y el siguiente se impusieron Bolado y Dp3, y ya se podían ver aflorando claramente los problemas de coordinación que azolaron a la pareja perdedora. En realidad la coordinación fue casi perfecta, jugaban bien y mal los mismos hoyos, lo que en este tipo de encuentros generalmente acarrea terribles consecuencias.

(hoyo 12, 190 yds, par 3, Dp3 fuera del green)

Castiella perfeccionando su juego corto en el putting green de La Martona.

No obstante esta situación, la pareja perdedora supo dar batalla merced a una ida notable de Coco que anotó 44 golpes, en un par de 37, y a alguna bomba de 5 metros de Lucho que intentaba decir “aquí estamos, no estamos muertos”, terminando la ida solo con un hoyo abajo.
De esta manera, el inicio de la vuelta anunciaba un final electrizante. Lucho, como buen local y conocedor de la cancha, arrimó el consejo oportuno y certero a su compañero: “los cuatro hoyos que siguen son clave, hay que llegar al 16 al menos empatados. El mejor gana en los últimos 3”…si, ya se, un consejo pelotudo.
Del 10 al 14 una actuación contundente de Tongo, fue minando la resistencia, que ya venía minada por los ardides del Dr., de Coco y Lucho. Así, en el tee del 15, con 3 hoyos abajo y 4 por disputar la sufrida pareja estaba, como se dice vulgarmente, dormi. El hoyo 15 es un hoyito, que si se sale bien, luego resulta fácil, si no, no. Las salidas de Tongo y Lucho, contundentes como nos tienen acostumbrados, pero con rumbo S SO, pero que gracias a la intervención de sendas y providenciales ramas, depositaron graciosamente las bolas en el medio del fairway. Coco, en un pequeño bosquecillo y el Dr. Tripenetrante, haciendo gala de dicho sobrenombre, bombazo al medio. No obstante su providencial orto, Dp3 no pudo llegar en 2 al green y quedó fuera de circulación con un bogey, igual que Coco. Lucho tira para par de 1,80 mts. y el Dr. Ídem a 2,20 mts., aprox. Lucho erra su putt, el Dr. acierta el suyo y así se termina la patriada. Justa victoria para los Dres. Dp3 y Tripentrante, que en los medalls también vencieron con 70 y 79 (notable score de nuestro capitán), vs. 80 y 82de Coco y Lucho.
Una vez más se demostró que cuando Dp3 está intratable, corona la vuelta con éxito y que el Dr. con la ductilidad que nos tiene acostumbrados, puede ser un feroz líder en un four ball o un buen acompañante.
Esperemos que la pareja ganadora demuestre en los terrenos de Luján la madera de que están hechos, y que no sean de madera, para anotar puntos fundamentales a la causa golfeta, y que la pareja perdedora se ponga a practicar.
Hacemos votos también para que el próximo bicentenario nos encuentre unidos y dominados….igual que ahora.