En nuestro querido deporte, dar es algo que está metido en el juego. Nos damos hándicaps, y a pesar de que de vez en cuando hay alguna denuncia de piratería, la realidad es que cada uno obtiene la ayuda que necesita para que todos estemos parejos. También, cuando jugamos Match, existe la saludable costumbre de dar los putts que quedaron cerca. Por un lado para ganar tiempo, pero principalmente reconociendo que el adversario hizo el suficiente esfuerzo para concederle ese último golpe, que él es capaz de hacer bien, y que sólo erraría bajo circunstancias especiales.En ambos casos, son ayudas que uno da a cambio de nada.
También, en nuestro querido deporte, a todos nosotros nos pasa de admirar a los tipos con un talento superior. Cristian Fernández (24) es uno de esos tipos con talento. Talento que adquirió a base de muchas horas de trabajo y que tal vez le pueda significar un medio de vida. El trabajo que todos quisiéramos tener: jugar al golf y vivir de eso.
Para “Cañitas” (así le dicen a este misionero de 1 metro noventa), lograr lo que todos quisiéramos tiene varios condimentos extra que lo hacen aún más difícil. Para empezar, no cuenta con el equipo necesario para entrenarse y jugar. Su laburo de caddie en el Tacurú de Posadas y algunas otras changas le permiten, a duras penas, mantener el hogar, a su esposa (que también se pela el lomo) y a su hijo de 4 años.
Fue por eso que Guillermo Bolado tuvo la gran idea de darle una ayuda e inmediatamente pensó que el grupo entero iba a tener ganas de sumarse. Y eso fue lo que sucedió. Ya hay una bolsa de palos completa que terminarán de reunirse a fin de mes, cuando nos encontremos todos en el Bolado Invitational.
Parece ser que “Cañitas”, enterado de las intenciones golfetas, se entusiasmó y empezó a trabajar un poco más duro en la parte física. Según nos contó Guillermo, al “flaco” le vendrían bien algunos de los kilos que a varios de nosotros nos sobran (lamentablemente esos no los podemos dar), y eso hace que no tenga gran potencia desde el tee. Pero la fortaleza que sí tiene es una que no se adquiere a base de asados, y que en cambio “viene de fábrica”. “No sabés lo que es arriba del green, la mete desde donde sea, y mirá que no te hablo de los greens del Olivos, te hablo del Tacurú! Yo ahí no la emboco ni de un metro!”, comentó Bolado.
Golfetas ya le está poniendo fichas a su pollo “Cañitas”. El grupo entero espera que la bolsa ayude, y que con un poco de suerte pueda pasar el corte en algún torneo importante en la carrera de aspirante a profesional, cosa que en los 2 últimos años estuvo a tan sólo 1 golpe de lograr, con palos prestados. Hay algunas otras ideas para “ayudar a la suerte”, como por ejemplo ayudarlo a movilizarse a los torneos, y seguramente en breve aparezcan nuevos aportes (zapatos, ropa y todas esas cosas que deberíamos poder conseguir).
Al igual que al dar una pelota en un match, lo hacemos porque nos parece lo correcto, porque está haciendo el esfuerzo suficiente para llegar hasta ahí, y porque además Guillermo asegura que Cañitas es un Buen Pibe.
Con un poco de suerte, si algún día Cristian viene a Buenos Aires a jugar el Abierto nos pueda ayudar a nosotros a cumplir el sueño de mejorar nuestro approach y putt.


1 comentario:
Me encantò la respuesta inmediata y generosa de todo el grupo golfetas!!!
Abrazos a todos.
Guillermo
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