Confesión de un Golfeta en el exterior

Que grato placer poder seguir al tanto de cada acontecimiento, estando a la distancia. Veo que se ha jugado un pequeño torneo (de dudosa homologación), en un campo que a gatas si está reconocido por la AAG. Evidentemente el espíritu deportivo del tour golfeta todo lo logra.

Desde el estado de La Florida, y en un gran esfuerzo de esta comisión directiva para enviar un delegado, heme aquí en la tierra de la PGA, poniéndome al tanto de las últimas novedades del mundo de la alta competencia...

Como pueden ver arriba los golfetas de mayor antigüedad, he tenido la chance de compartir una vuelta con Evan Siegel, quien, de no haber dejado el país, al igual que Chris Hermes, hoy sería otro de los "ex-pat" ocupantes de plazas extranjeras.

Les puedo contar también que aproveché el viaje al primer mundo para someterme a un análisis de sangre exhaustivo con el fin de dilucidar si mis sospechas eran o no fundadas. Tristemente tenía razón. Lo supuse aquella mañana cuando en el Costa Galana, tras un frugal desayuno empecé a ver doble y a sentir un profundo y pesado sueño... Estaba drogado. Mi compañero de habitación, con quien competíamos claramente por la copa Gross me había narcotizado prometiéndome la curación a mi dolor de talón, originado, creo, en el partido de waterpolo. Los análisis fueron contundentes. El laboratorista cubano me dijo, con una sonrisa entre dientes, muy parecida a la de Cachito: "Oye Brother, te han pichicateado!¨

No hay rencores, estamos en una etapa de formación donde no hay reglas claras, y donde aparentemente es cuestión de sentar jurisprudencia.

Mi venganza será deportiva, para eso me estoy preparando y equipando.