16 de junio de 2014

Vivir para contarla, segunda parte

Dicen que el Golf es un juego en el que nunca un tiro se parece a otro.

Todos pegamos alguna vez la salida en el 1 de playa grande con el viento frío en contra, ¿Que digo una? Más de una vez. Pero nunca hacía la misma temperatura, ni habíamos elegido el mismo sitio en el tee de salida, ni jugábamos la misma pelota, o la habíamos puesto más baja, para buscar un vuelo más penetrante, o esta vez nos parecía que también soplaba poco hacia la izquierda, y le habíamos apuntado al Green del 17 para que el viento haga su trabajo corrigiendo el rumbo . Esta, la última vez, te dolía un poco la cintura, Conejo extrañamente tenía cara de haber dormido bien, y el café con leche que apuramos en el bar de Bigote todavía nos daba calor en el pecho.

Nunca hay 2 tiros iguales en este juego… Pero como corolario de esta máxima, es muy atinado traer a estas líneas lo acontecido el mismo día, pero más temprano, que nacía la frase “Me dejaron más sólo que a Sabella” cuando hasta los suplentes que no entraron contra Bosnia aprovecharon para declarar “Y si… la verdad es que con el planteo del primer tiempo no nos sentímos muy cómodos que digamos…”

Inicio de un día que quedaría para siempre en la historia
Volvamos al golf: Pingüinos. Tee del hoyo 4. Despues del par 3 del agua (esto último para ubicar a Guido)
Ese entretenido dogleg a la derecha que no es fácil, pero que ahora se hace un poco más amigable desde que aquel ventarrón que arrasó con el oeste hace un par de años se llevó el árbol más odiado de, por lo menos, los primeros 9.


Los Dp3 con el primero de los festejos del día del Padre. (Gracias vieja!)
El escenario hospedaba un match entre 2 familias de la camorra Italiana, Los Depetris contra Los Foglia. Como aquella vieja disputa que se daba en Rafaela contra otra rama de la familia del actual presidente.

Porque todos saben que los Golfetas más altos viene de la tierra Santafesina, pero pocos recuerdan que el vecino de Los Foglia era un Depetris, dueño de los productos de copetín marca Guadalupe, que alimentaron más de un cumpleaños infantil de los Foglia, y más de una rata también, en los fondos de esas 2 casas linderas… De ahí la disputa y la jura de una constante y omnipresente Vendetta, siempre rubricada con el gesto medio gracioso de quien se muerde el dedo índice de la mano derecha a lo Santino Corleone cuando la fajan a la hermana, en una actitud pretendidamente varonil que no vamos a discutir justo ahora…

Pegaban primero los Foglia, porque el forsome venía de empatar el par 3 del hoyo 3, con 4 pares, pero Marcos y Gabriel arrastraban el honor desde el par 5 del 2 tras un incidente con un helicóptero, pero que tampoco viene al caso ahora.

Fue entonces cuando Gabriel Adrian Foglia, de pechito Gentil, se aprontaba a drivear en un hoyo que parece diseñado justo para su juego de Fade.

Un tipo que nunca se amilanó con el frío, pero mucho menos después de haberle hecho frente al Old Course de Saint Andrews, con ropa de primavera y palos de alquiler, para firmar una tarjeta de 70 netos (-2)
Una hazaña que, como esta que aquí relatamos, le valió el post anterior.

Pero vayamos de una vez a lo sucedido. El palo elegido fue el Driver, y parecía la elección correcta, puesto que las lomas que hay a la izquierda no revisten peligro para un fade alto y potente como los que venía pegando, y que en cambio podrían complicar a un gancho de los que a veces saca su hermano Marcos.

El swing fue rítmico en el back y tal vez, si se nos permite el análisis técnico, haya faltado algo de esa pausa que a todos tanto nos cuesta. Ahí nomás arrancó el downswing con esas muñecas quebradas en un estilo que nos recuerda a Sergio García, y que le generan una aceleración que no es fácil de controlar desde sus casi 2 metros de altura. El disparo estaba ocurriendo, las caderas giraban, las manos ya atravesaban la línea de la bola como dicen los libros, y toda esa energía se descargaba contra la pelota: ZAZ!!!!

Y entonces, ocurrió algo que nunca habíamos visto y que todavía no logramos comprender.

Vale decir que las lluvias habían ablandado el terreno durante la semana. No mucho, pero digamos que la bola no corria. Es por eso que el vuelo de la bola era tan importante en cada drive, y este no fue la excepción.
 
Marche un Telebeam
El ojo humano no es capaz de registrar un movimiento tan veloz, pero lo que se estima es que la pelota abandonó el tee en una trayectoria descendente, probablemente golpeada con la panza de ese driver Ping, para dar contra el suelo a unos escasos 3 cm más adelante. Esto es evidente al observar el cráter que generó en el piso, pero lo increíble es que la bola, en lugar de avanzar, ganó unos 20 cms de altura y como aquellas bolas bien pegadas hacia un Green y receptivo, inició una trayectoria de retroceso que, como en esos casos, llevan a la pelota hacia atrás del punto del pique.
Angulo Invertido







Estamos en condiciones de afirmar, y somos 3 testigos a los que nos gustaría ser considerados por la gente del libro Guiness, que Gabriel Adrian Foglia es el primer tipo en drivear con un backspin tan impresionante que la pelota terminó detrás del punto de impacto, como se puede ver en este documento gráfico.


Y si el reconocimiento de Guiness no llegara a llegar, les pido que se sumen a estas felicitaciones hoy, y cada vez que alguien lea este post, hoy, mañana, o en el futuro. 

Y especialmente a vos te hablo, Giuseppe Foglia. Para que veas que un Día del Padre, allá por 2014, a tus tiernos 5 añitos, tu viejo quedaba para siempre en los anales del Golf mundial. 
Dale un beso y un fuerte abrazo la próxima vez que lo veas y recuerdes esta foto:

"Flaco, no te sientas mal, lo que hiciste es impresionante" irónico, el viejo Depetris