16 de julio de 2012

Capón Caponeado

By Paul Chantal Poncini.

El azar de las bolas rodando para acomodarse, más o menos cerca unas de otras,
determinó la conformación de las dos líneas para jugar en Pingüinos un domingo
helado. Y como bien descubriera inmediatamente el reciente ganador de la Lechon,
las caprichosas decidieron que una línea estuviera integrada por los cuatro
golfetas más veteranos y la otra por los más jóvenes. Así, en la primera salieron los
hermanos Foglia más Guido y Matt. Y en la segunda el Dr. Bolado, Lucho, Capón y
Poncini.

Esta vez le hundieron la canoa al mismísimo Capitan...

Excepto que en el tee del uno Marcos, Matt y Guido la tiraron al carajo, no sabemos
mucho más de lo que ocurrió con esa línea. Porque producto de su juventud, de
nuestra lentitud en el juego o quizás por el miedo de los jr a que continuásemos
viendo sus salidas desviadísimas, se nos escapararon y los perdimos completamente
de vista.

Ya que hablamos del juego, hay que decir que la línea de los veteranos no fue
precisamente una digna del Senior US Open, cuya ronda final justo se disputaba
ayer. El único que hizo una idea más o menos aceptable fue Juan Pablo Capón.
Bolado estaba lejísimos de ser ese doble ganador de majors que todos conocemos,
a Castiella se le hacía difícil ponerla derecha y Poncini, a pesar de sus múltiples y
espantosos errores, aseguraba estar mejor que en sus últimas dos presentaciones.
Capón, con 49, fue el único jugador de la línea con menos de 50 golpes para la ida.

La vuelta comenzaría con renovadas esperanzas, que en el caso de Poncini se
derrumbarían rápidamente cuando después de tirarla al hazard de la derecha,
cometió todos los pecados reglamentarios posibles, como correr unas pajas que lo
molestaban y apoyar el palo. Le faltó ponerse a cortar el pasto. Golpe de multa, del
hazard al agua, otro golpe de multa y a seguir luchando. Los otros tres miembros de
la línea también alternaron buenas y malas. Sobre todo malas. “Con este frío no me
puedo mover”, “estoy demasiado arropado”, “la bola no vuela” y “la cancha está fea”
fueron algunas de las frases que intentaban explicar tan mediocre actuación de los
golfetas de más de 40. Pero el golf siempre nos da la posibilidad de justificar, al
menos con alguna anécdota, el hecho de habernos levantado un domingo a las 6.50
de la madrugada con una temperatura de apenas 2 grados.

En este caso la anécdota tuvo lugar en el hoyo 17. Un par 3 algo largo, al que el único obstáculo que le faltaría es tener algunas vallas para que los jugadores salten camino al green.


Turno de Capón. Que pega una bola baja en dirección al green. Pero uno de los obstáculos a
los que me refería es un árbol que está unas 20 yardas antes del green. Castiella
vociferaba entusiasmado “Muy buena Capón!”. Los otros dos jugadores de la línea,
en silencio, observaban cómo esa bola viajaba a toda velocidad directamente hacia
el tronco del árbol mencionado. Parecía que le iba a dar de lleno. Y así fue. La única
duda era si después de eso había ido para atrás, para un costado o si se había
acomodado sobre el árbol. Las fotos obtenidas por Bolado y Castiella son más
elocuentes que cualquier frase que pudiéramos escribir en esta crónica. Lucho
Castiella lo había caponeado al mismísimo Capón.

4 de julio de 2012

Merecido Duplete


Es cuervo (doblemente), pero nada de andar vendiendo humo con declaraciones amedrentadoras, ni de sobresalir por sobre los demás en la previa. Uno de los protagonistas de esta historia había decidido pasar por debajo del radar. Ir por lo bajo... No es casual que aun resuenen en nuestras cabezas los versos que se escucharon en aquella primera Bondileta el día que muchos nos conocimos en 2008. Cómo si fuera hoy: "Soy Petiso.... y de Del Viso" intercalaba con otras consignas.

Equilibrados
Con una estrategia que sólo la sabiduría acuñada con los años resulta natural, y con unos Rulos al viento que muchos no le conocían, el querido y tripenetrante Bolado sólo había declarado: "Llego sin jugar en 2 semanas, seguro me llevo el de amasar".
Eso le hubiera gustado a quienes se los estuvieron pasando de mano como si fuera una carrera de posta alrededor de una mesa, pero ya hablaremos de ellos. De los 2.

Cada cual atiende se juego


Tras un año de dificultades extra golfísticas, el petiso se sacó la máscara de gatito mojado en el Hoyo 1 de Luján (la mejor ida que podés tener en Praderas si a la vuelta te espera Cañada. y esa fue justamente la humilde combinación que hospedó la copa más antigua de este Tour) Y en ese par 4, ni corto ni inofensivo, el Tordo clavó Birdie para treparse a una punta que nadie le podría arrebatar. 


Uno en foco, el otro no...
El resto, si bien el nivel general fue bueno, nunca tuvo chances. Un par de tapados con estrategias similares, como la del culiao Shaw, estuvieron cerca de dar el zarpazo, pero Boladito terminó tan tranquilo que en lugar de ver lo que hacían los de atrás se fue a manguear más lápices para su colección con la seguridad de quien ya había ganado un campeonato Mayor y pasaba a ser ahora un múltiple ganador.

Ya a la vuelta, el duelo por el de Amasar fue entre un Coco Bordoli muy fuera de estado, y quien aparentemente lo extrañaba y por eso se convirtió en el primer Golfeta en colocar su nombre por segunda vez en el cilindro de madera: Guido Culasso Moore, que como Golfista fue un gran anfitrión del evento posterior...


Este es el que jodía con el flash
Sería una obviedad mencionar que un evento en la casa del Director de Eventos tiene que ser excepcional. Y lo fue ya que por primera vez el torneo nocturno de approach en dope se jugó en una cancha reglamentaria de 3 hoyos con dificultades. Con Tee Boxes, greens, Banderas, hazzards de agua y plantas exóticas tristemente pisoteadas por este cronista al perder el equilibrio en un festejo...


Preocupado justamente por el domingo que le esperaba al ganador en las arenas del nuevo Gasómetro, se excusó con prontitud y se retiró sin dejar de repetir que para que le extirpemos la bandera de Augusta National firmada por el Pato Cabrera, le vamos a tener que mandar a la Gendarmería. Lucho ya está haciendo las reservas del caso, así que lo conveniente para él será entrenar (o mudarse a otro país)

El trapo firmado por el Pato Cabrera
Hasta entonces, todos sabemos que cada mañana nuestro Cabrerita, en pantuflas y calzones, con cara de dormido y con un capuchino en la mano pasará por el living de su casa a confirmar que el trofeo itinerante de la Lechon Cup sigue ahí, certificando que esa es la casa del Campeón 2012 (un año que además terminó bien futbolísticamente hablando)