Está claro, la Silver Sea 2010 está presente en la cabeza (y en el juego) de todos los golfetas.
Hace una semana, Depetris, que venía bastante alicaído, se había despachado con un soberbio 68 en un ventoso y casi Marplatense "El Nacional", pero con esa misma soberbia se deshizo 7 días más tarde en la misma cancha clavando un 78, exactamente 10 golpes más en un día de poco viento. El siempre candente Zbikoski sigue sin aparecer y este año no le sobra hándicap. El Tesorero Castro Martinez la pudo pilotear gracias a la falta de arboleda, pero se quedó con ganas de caminar por el fairway. El verborrágico americano fue contundente cuando fue consultado sobre su juego: “el putt” dijo, y negaba con la cabeza. Febré no logra recuperarse de la lesión en su dedo anular. Domecq sigue recordando a su ex profesor cada vez que sale a la cancha: los conceptos que mejor recuerda son los que tienen que ver con la madre del profesor y con el novedoso método stack and tilt . De "rancho aparte" Cimadevilla mucho no se sabe, pero por lo que se ve en oobgolf parece que está metiendo lindos scores, justitos para llegar a MDQ livianito de hcp. Bolado mucho no está declarando y Capón en fisioterapia se está preparando mentalmente, pero sólo eso. Castiella no termina de volver del más allá, aunque todos suponen que se mudó a Cabeza de caballo para entrenar con la rigurosidad militar y Culasso navega en las aguas del misterio y en la confianza en su Swing the vieja. Hay otros golfetas de los que directamente no se sabe nada.
Pero hay dos golfetas que merecen un párrafo aparte.
Uno es Bordolito, que luego de batallar con su swing, y a fuerza de entrenamiento riguroso durante las noches de semana, el domingo logró deshacerse del gancho que lo atrapaba y ahora la está castigando de lo lindo. Un poeta del golf diría:
Es la mejoría
de antes del ocaso que,
junto con el pan,
todo hijo trae bajo el brazo.
En definitiva, el poeta fue el mismo Bordoli que con un águila, entre otras cosas, se llevó un 71 y un montón de pelotitas ganadas en buena ley. ¿Será capaz de mantenerse?
Pero hay dos golfetas que merecen un párrafo aparte.
Uno es Bordolito, que luego de batallar con su swing, y a fuerza de entrenamiento riguroso durante las noches de semana, el domingo logró deshacerse del gancho que lo atrapaba y ahora la está castigando de lo lindo. Un poeta del golf diría:
Es la mejoría
de antes del ocaso que,
junto con el pan,
todo hijo trae bajo el brazo.
En definitiva, el poeta fue el mismo Bordoli que con un águila, entre otras cosas, se llevó un 71 y un montón de pelotitas ganadas en buena ley. ¿Será capaz de mantenerse?
Los dos que avisaron esta semana.
Ya lo había anunciado hace poco: se quejaba de una serie de viajes laborales que lo habían sorprendido justo en el pináculo de su juego. El Stableford pactado entre 9 jugadores le permitió llevarse no sólo el segundo puesto, sino también una pelotita de premio, y la verdad es que jugó para llevárselas todas, salvo un pequeño detalle que ya algunos conocen y que el formato Medal no dejará pasar: Hoyo 17, par 3 de 145 yds. La seguidilla fue esta: golpe, multa, golpe, multa, golpe, multa, golpe, multa, golpe, multa, golpe, approach desde le bunker y putt. Si hubiera podido cerrar la vuelta con boggie y boggie, hubiera roto el record de su carrera, pero no. La abuela no tiene huevos, la abuela es la abuela. “Cómo hiciste 13 Pablito?” le preguntó uno– Poncini pitó su cigarrillo y con un ojo entrecerrado: “... tiré desde el bunker para 12 y no emboqué”, contestó con mucha lógica.
Lechuceado?
Para llegar de candidato a MDQ hay que llevar con todas las cuerdas afinadas. Por ahora nadie se asoma.